Gutiérrez no se limita a traducir una estética: la transforma. Como ella misma define, RIVIERA es “artesanía contemporánea”, una declaración que va más allá del gesto formal. La colección busca recuperar el trenzado tradicional de la médula de ratán, pero lo reinterpreta desde una mirada actual, integrando tecnologías de producción con un trabajo minucioso en los acabados.
El aluminio —ligero, resistente y versátil— se convierte aquí en estructura y símbolo. Es el nuevo material noble, que sustituye a la madera sin perder su tacto visual, y que permite que la silueta fluya con naturalidad entre curvas, apoyabrazos y respaldo. La cuerda trenzada, aplicada con precisión artesanal, añade textura, sombra y un ritmo visual que hace de cada pieza una microarquitectura del confort.
El recorrido de Eli Gutiérrez es el de una diseñadora que ha absorbido influencias sin perder su raíz. Formada en el Royal College of Art de Londres, pasó por los estudios de Patricia Urquiola en Milán, y trabajó junto a Philippe Starck e India Mahdavi en París antes de fundar su propio estudio en Valencia, donde hoy dirige proyectos que equilibran emoción, técnica y contexto.
Su sensibilidad ha sido reconocida con menciones como los Premios Delta y el iF Design Award 2025, obtenido por su anterior colaboración con Zavotti: la colección Rayure. Con RIVIERA, Gutiérrez nos devuelve al mar, al tacto de la luz en la piel, al placer de sentarse sin prisa. Y lo hace con una precisión que emociona.
RIVIERA no pretende dictar tendencias, sino aportar belleza duradera. Es una colección pensada para acompañar terrazas urbanas, jardines junto al mar o patios interiores, y que se adapta a múltiples estilos sin perder carácter. Es un manifiesto silencioso sobre cómo el diseño puede mejorar la experiencia de estar —de verdad— en un lugar.
Cada pieza, desde su estructura hasta sus acabados, es una invitación a habitar el espacio con más sensibilidad. Porque la belleza, cuando está bien hecha, no es un lujo: es una forma de cuidado.
Saber cuándo detenerse
Como sucede con los grandes diseños, RIVIERA no busca añadir más, sino saber cuándo detenerse. Y en ese equilibrio entre lo clásico y lo nuevo, lo funcional y lo poético, encuentra su lugar.
Porque hay formas de belleza que no necesitan exhibirse: basta con que estén.
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